Puedo decir con toda sinceridad que hubo un momento que pensé en desisitir y rajarme, pero como buena Tauro que soy, la cabezonería es un bien común en mí.
Después de ver muchisimas fotos de tartas de esta forma, al final, me arranqué para confeccionar una para mi media naranja.
He de decir en honor a la verdad que estoy extremadamente orgullosa de mi trabajo, empleé 7 horas y al final, ya estaba más que harta del pastelito, pero una vez metida en el lío, pues eso, al lío.
La verdad es que logré sorprender a mi "costillita".
Y como no! El pastel dio juego para las bromas y las risas. Bien valió la pena el trabajo, esfuerzo y cansancio...
